El riñón en herradura es una de las malformaciones renales congénitas más frecuentes. Se produce por una anomalía en la migración embriológica del riñón, dando lugar a una localización ectópica y defectos de fusión. El trasplante de este tipo de injertos continua siendo un reto debido a sus particularidades anatómicas. La extracción de estos órganos se realiza en bloque y el implante puede llevarse a cabo en bloque o tras la división del injerto en dos durante el trabajo de banco. Esta decisión depende fundamentalmente de la distribución de los principales vasos renales y de la vía urinaria. Debido a la poca experiencia, no existe una técnica quirúrgica establecida. Las principales complicaciones recogidas en la literatura por la división del injerto son el riesgo de fístula urinaria o sangrado.
Presentamos un caso de un trasplante renal de un riñón en herradura diagnosticado de manera incidental durante una extracción en asistolia monoorgánica llevado a cabo en nuestro centro. Mostramos el trabajo de banco, la técnica de implante, complicaciones postquirúrgica y el seguimiento durante el primer mes postrasplante.
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