P-37 Presentación: poster virtual
RESUMEN DE COMUNICACIÓN
EFECTIVIDAD DEL USO DE AGENTES OCUPANTES DE ESPACIO COMO TRATAMIENTO DEL REFLUJO VESICOURETERAL SOBRE RIÑÓN NATIVO E INJERTO RENAL.
Navarro Parets, M.; Grau Tendero, S.; Miret Alomar, E.; Allué López, M.; Trilla Herrera, E.; Pujol Sanjuan, C.; Gil-Vernet Asbert, J.; Abuin García, J.; Aguayo Eldredge, C.; Aguilar González, A.; Valdés Figueroa, N.J.; Campistol Torres, M.; Bertholle Gil, J.
Servicio de Urología, Hospital Vall d Hebron

Introducción. La presencia de reflujo vesicoureteral (RVU) es frecuente tras trasplante renal y en pacientes con vejiga neurógena. Aunque generalmente es asintomático, puede conllevar pielonefritis de repetición o insuficiencia renal por reflujo masivo; estando indicado en estos casos su corrección. El reimplante ureteral quirúrgico es el tratamiento más efectivo, pero supone una opción invasiva. Como alternativa, la inyección de sustancias endourológicas presenta menor tasa de morbilidad, si bien con tasas de éxito inferiores.

Objetivo. Analizar la efectividad del uso de sustancias endourológicas como tratamiento del RVU, concretamente la disminución de pielonefritis agudas y la función renal.

Método. Estudio descriptivo, retrospectivo y unicéntrico, que incluyó pacientes afectos de RVU, en riñón nativo e injerto renal; tratados mediante la inyección endoureteral de copolímero de ácido hialurónico/dextranómero (Deflux®) o polidimetilsiloxane (Macroplastique®). El objetivo primario fue evaluar la ausencia de pielonefritis durante el primer año postratamiento y el secundario la función renal al mes de la intervención. Se analizaron las complicaciones postquirúrgicas, siguiendo la clasificación de Clavien- Dindo (CD).

Resultados. Se incluyeron 27 pacientes afectos de RVU: 14 sobre injerto renal y 13 sobre riñón nativo. Se administró Deflux® en 3 casos y Macroplastique® en 24. Presentaron complicaciones postquirúrgicas 4 pacientes: 1 retención urinaria, 1 hematuria postoperatoria y 2 dolor cólico, que precisó analgesia sin alteración de la función renal. En el grupo de tratamiento sobre riñón nativo, la tasa de ausencia de pielonefritis durante el primer año fue del 70%, mientras que en el grupo de trasplantados fue del 57,1%, aunque sin diferencias estadísticamente significativas (p=0.52). Todos los pacientes que recibían profilaxis antibiótica previa presentaron pielonefritis posterior al tratamiento endoscópico. No existieron diferencias en la funcionalidad renal pre y postquirúrgica en los dos grupos.

Conclusiones. El uso de agentes ocupantes de espacio supone una opción poco invasiva y segura, con una efectividad aceptable tanto en riñón nativo como en trasplante renal. Los pacientes con pielonefritis de repetición, que ya han iniciado profilaxis antibiótica, tienen mayor riesgo de recaída. No existen estudios que comparen la efectividad de la profilaxis antibiótica a largo plazo respecto al tratamiento endourológico o el reimplante ureteral de entrada.