Introducción y Objetivos
La donación de vivo implica una cirugía intencional de individuos sanos para mejorar el bienestar de otros, haciendo que sea crucial minimizar la morbilidad de la nefrectomía de donante vivo (LDN). Si bien las guías de la Asociación Europea de Urología recomiendan la cirugía laparoscópica pura o asistida por la mano como la técnica gold-standard para la LDN, la LDN asistida por robot (RLDN) está emergiendo como una alternativa, enfatizando los potenciales beneficios de la cirugía robótica para los pacientes y los cirujanos.
Nuestro estudio tiene el objetivo de comparar la morbilidad perioperatoria de la RLDN versus la laparoscópica pura (LLDN) en doce centros de referencia de trasplante.
Material y Métodos
Con la aprobación del Comité de Ética, consultamos nuestra base de datos prospectiva para identificar pacientes sometidos a RLDN o LLDN entre Enero de 2015 y Setiembre de 2023. Los pacientes fueron categorizados en base al abordaje quirúrgico: RLDN vs. laparoscópica pura LDN. Las complicaciones postoperatorias se catalogaron según la clasificación Clavein-Dindo (CD). El objetivo primario del estudio fue comparar la proporción de pacientes que padecieron complicaciones intraoperatorias (IOC), complicaciones postoperatorias de cualquier grado (AGC) y de alto grado (HGC, CD grados 3-5) comparando RLDN y LLDN.
Resultados
Un total de 611 pacientes cumplieron los criterios de inclusión. De ellos, 452 (73.9%) fueron sometidos a LLDN transperitoneal y 159 (26.1%) recibieron RLDN transperitoneal. No hubo diferencias relevantes en cuanto a las características preoperatorias de los pacientes de ambos grupos, excepto por un porcentaje más elevado de mujeres (70.8% vs. 61.6%, p < 0.05), y un porcentaje más elevado de donantes con historia de cirugía abdominal (22.6% vs. 14.2%, p < 0.05) en la cohorte de laparoscopia. En la mayoría de los casos se realizó LDN izquierda (84.3% en la cohorte de laparoscopia y 83.6% en la cohorte asistida por robot). No hubo diferencias en cuanto al número de arterias de los injertos (12.8% vs. 16.4%, p = 0.3) entre las cohortes de laparoscopia y de robot, pero en la cohorte de robot se observó una mayor proporción de injertos con múltiples venas (3.8% vs. 1.1%, p = 0.03).
La proporción de donantes que padecieron IOC (1.1% vs. 1.3%, p = 0.9) y AGC (3.3% vs. 2.5%, p = 0.6) fue similar comparando LLDN con RLDN. No se reportaron HGCs en la cohorte de RLDN, mientras que cuatro pacientes de la cohorte LLDN (0.9%) experimentaron complicaciones CD 3b requiriendo reintervención quirúrgica (n=1 sangrado postoperatorio; n=1 dehiscencia de la herida; n=1 hernia de trocar; n=1 sangrado vaginal) (p = 0.2).
Conclusiones
En los Centros ERUS-RANK, la morbilidad de la RLDN y la LLDN es comparable.
Mientras que la RLDN puede aportar ventajas en la ergonomía del cirujano y la delicadeza técnica, la elección de un abordaje mínimamente invasivo para la LDN no parece impactar en las complicaciones postoperatorias y debería basarse en los recursos y la preferencia de cada centro.
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