Introducción
El esfínter urinario artificial (EUA) femenino supone un avance en el tratamiento de la incontinencia urinaria de esfuerzo en aquellas pacientes refractarias a tratamiento con las técnicas quirúrgicas habituales. Está especialmente indicado en aquellas pacientes que presentan una deficiencia intrínseca del esfínter.
Material y métodos
Mujer de 53 años de edad con antecedentes quirúrgicos de dos cabestrillos suburetrales, uno de ellos ajustable, en centro externo. No mejoría de la clínica.
A la exploración física en consulta, test de esfuerzo positivo, Oxford 0/5. En el estudio urodinámico se observa compliance disminuida, vejiga hipersensitiva y IUE. En la cistoscopia no se evidenció extrusión de las mallas previas.
Tras colocación de la paciente y el docking robótico se comienza con disección del espacio vesico-vaginal hasta observar cuello vesical. Disección de ambas caras laterales hasta la fascia endopélvica. Apertura de ambas fascias endopélvicas bilaterales para comunicar espacio vesico-vaginal con ambos latero-vesicales. Tras completar la disección de cuello vesical anterior se introduce un medidor (5,5cm) y se coloca el manguito a través de trocar suprapúbico. Se incorpora el reservorio en fosa iliaca derecha. Mediante la incisión suprapúbica se exteriorizan los tubos, se crea un espacio en el labio mayor derecho donde se colocará la bomba de activación. Se realizan las conexiones y se comprueba el adecuado funcionamiento del esfínter. Se deja desactivado. Cierre de peritoneo parietal.
Resultado
La cirugía finaliza sin complicaciones. Alta hospitalaria a las 48h sin sonda vesical, el día del alta episodio de RAO que requiere nuevo sondaje . Se retiró SV a los 5 días sin complicaciones. Se activa el esfínter a las 6 semanas. Un año tras la cirugía se encuentra asintomática y continente.
Conclusión
La tecnología robótica facilita la cirugía y minimiza las complicaciones debido a que permite, a través de un abordaje vesico-vaginal, una visualización directa del plano vesico-uretral posterior y del cuello vesical. Se trata por tanto de una técnica segura y reproducible que supone una gran mejoría en el tratamiento que la IUE de esfuerzo refractaria y, por lo tanto, una mejoría de la calidad de vida de estas pacientes.
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