INTRODUCCIÓN
La fístula próstato-rectal es una complicación poco frecuente tras la adenomectomía laparoscópica. El diagnóstico suele basarse en signos característicos como la fecaluria y la neumaturia.
En la actualidad no existe un consenso en la forma de abordaje quirúrgico para esta patología.
MATERIAL Y MÉTODOS
Varón de 83 años con los antecedentes de HTA y STUi que, tras ser intervenido de adenomectomía laparoscópica tipo Millin, presenta neumaturia y fecaluria por lo que se realiza Cisto-TAC confirmándose la presencia de fístula recto-celda prostática. Tras la persistencia de la fístula a los 3 meses a pesar del tratamiento conservador, se decide incluir en lista de espera para realizar una fistulectomía prostato-rectal robótica.
RESULTADOS
En un 1º tiempo con el paciente en posición de litotomía se realiza cistoscopia identificándose el orificio fistuloso en cápsula prostática que se tutoriza al igual que ambos uréteres.
En un 2º tiempo con el paciente en decúbito supino se colocan 4 puertos robóticos. Se comienza la liberación de adherencias y disección en fondo de saco de Douglas. Se progresa con la disección hacia distal hasta localizar la fístula tutorizada. Posteriormente se realiza resección de la zona afectada y cierre con puntos en diferente dirección del recto y cara posterior de cápsula prostática interponiendo entre ambos un flap de peritoneo visceral de cara posterior de vejiga. Mínimo sangrado durante la intervención.
CONCLUSIÓN
El manejo robótico de las fístulas próstato- rectales permite evitar la morbilidad de la cirugía abierta, permitiendo una disección más precisa entre el recto y la vía urinaria. Sin embargo, la elección de la técnica quirúrgica debe ser siempre individualizada en cada paciente.
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